Thursday, May 04, 2006

La niña de la Puebla se hace sitio en la capital de la moda.


Mi niña de la puebla me recuerda bastante a mi cuando era joven. Por el caracter, digo. Ese mojar en todos los huevos, ese quedar bien con todo el mundo, me recuerdan a ese ingenuo que poblaba en mi en mis ultimos años de facultad, cuando pensaba que Hilary Clinton era la esposa ideal, que Jennifer Flowers llegaria a algo y Bill Clinton el sobrino de Angela Channing, y cuando creia que la funcionaria de prisiones - tan vituperada por mi padre, que se las conoce a la lengua, como el dice - no me la iba a pegar. No se puede ser mas ingenuo, verdad?

Pues la funcionaria de prisiones me la pego al final de la facultad ( me agradecio los servicios prestados en apuntes y horas de estudio, con una cena de despedida y si te he visto no me acuerdo, cuando yo esperaba su amistad eterna), Hilary Clinton no era Bernadette Chirac, ni Jennifer Flowers vendio exclusiva alguna , ni Bill Clinton llego a ser tan malo como la Channing.

Y eso es lo que vive mi niña de la puebla en estos momentos. Yo le aconsejo, me veo reflejado en sus sinvivires varios y vasos a medio llenar en los que se ahoga, pero nada, el tratamiento no avanza, como digo yo.

Eso si, le guardo una oscura envidia de como se maneja, ella y otros, a su edad tan temprana. Ese saber hacerse sitio en una ciudad tan inhumana y despechada como es ésta, me cautiva y me ilumina la cara por momentos.

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