Puerto Madryn y sus encantos naturales
Es dificil describir lo que se siente cuando uno ve una ballena austral a menos de un metro y medio de distancia. Tal vez, lo primero que a uno se le viene a la cabeza es por qué los japoneses se empecinan en comerselas y levantar la moratoria sobre la caza de ballenas. En realidad, cuando uno sale a verlas en barco, son ellas las que se acercan, cual un animal manso y amaestrado. Les puede la curiosidad y tambien son conocedoras del caracter pacifico de aquellos que salen a su encuentro. Su respiracion es también particular, es mas impresionante verlo en tiempo real. Luego, uno se adentra en la peninsula valdés cual si estuviera en una safari. Ñandus, maras patagonicas,... hasta llegar a caleta valdés y ver a esos elefantes marinos que apenas se mueven, pero que guardan una particular estética con las playas en las que parecen varados. Una pena no haber visto a las orcas, hubiera sido el colofón a una jornada magnifica.
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