On s etait dit rendez vous dans dix ans...

Bueno, si, por que no decirlo, no han pasado tantos años pero algunos si. Contacte con Peter por casualidad, en el gym de Alcala, sin querer practicamente, despues de bastante tiempo de incomunicacion, unos cinco años. Nos pusimos al tanto de todas las novedades, separaciones, rollos, conductas mas o menos pueriles.... y es que despues de tanto tiempo seguimos igual que en el instituto. Somos unos cabecillas locas, como dice la cancion de Amaral. El viernes nos volvimos a ver en el gym y decidimos tomar algo en el centro de Alcala; Hay conoci a un Peter con una faceta desconocida hasta ahora para mi. Alguien que vive el mundo a cien por hora, pero de una manera bastante sana, no vayais a pensar. Me sincere bastante con el, pero si no es ahora no se muy bien cuando habria sido.

Hablando de lo divino y de lo humano, llegamos al tema de las vivencias del instituto y de lo que alli disfrutamos. La gente no entiende que nos podamos reir tanto sobre aquello, pero no es para menos. Asi las cosas, volvi diecinueve años para atras y llame al sempiterno deportista diciendole que yo era uno de aquellos personajes tan entrañables que grababamos en las primeras muestras de humor genuino español antes que llegara Buenafuente, que nos copio la idea. Mi sempiterno deportista no pico y me reconocio enseguida. Hemos quedado en vernos otra vez y recordar aquellos momentos de furor, cuando el bestia del portal de al lado se cargaba toda una hilera de buzones en un portal o cuando aquella entrañable monja del barrio recibia esas llamadas de Dios tan inoportunas y ella no colgaba el telefono, porque queria oir nuestra reaccion y tenia mas dignidad que todos nosotros.

Ya entrada la noche pasamos por una vinoteca cerca del ayuntamiento. Caras mas o menos conocidas, que no habia visto desde hacia mas de diez años. Personajes que se quedaron en mi retina y que el paso del tiempo no borro. Prometi volver de nuevo a este lugar anclado en el tiempo.

Para Febrero, un dia temblara Alcala porque seremos aquellos siete glinkanos , que seguimos repitiendo los mismos errores, pero que no hemos perdido ni un apice de nuestro sentido del humor ni de nuestra actitud ante la vida, aunque ya hayan pasado casi veinte años de todo aquello.