Barcelona

Tenia un concepto bastante uraño de la capital catalana. Todo sea dicho, es el concepto que me habia inculcado mi padre, que vivio en Gerona unos años y no queria ver a los catalanes ni en las pinturas de Miro, por muy cubistas que fueran éstas. El jodio aprendio catalan y todo , y cuando yo era crio, me soltaba aquello de 'tranca la port, sis plau' y lindezas parecidas. Yo no me imaginaba que mi padre habia sido tan ilustrado como para aprender otra lengua aparte del castellano, pero con el tiempo llegué a la conclusion que habia aprendido expresiones mas o menos cotidianas y no tomaba el café con Mercé Rodoreda ni iba al Liceu a oir a la Caballé o a Victoria de los Angeles.

Pues bien, todo lo contrario. Me parecio una ciudad acogedora, muy bonita y muy bien cuidada. Esas ramblas llenas de gente me encantaron, la plaza de catalunya, el tibidabo, etc... Poco mas, porque fui a trabajar , no de turista.

Prometo volver.