La viejecilla de la Gare de Lyon.
Hay un personaje en la Gare de Lyon que me parece entrañable y, al mismo tiempo, me produce una gran pena. Ella es de mediana estatura, algo encorvada y con el pelo rubio teñido, casi anaranjado, el tinte corrido por la falta de cuidado. Mi viejecilla de la Gare de Lyon recibe con gratitud los tickets de comida que le ofrezco cuando la ocasion llega. Hay pocas ocasiones, porque he de decir que ella no se prodiga demasiado en esta estacion de paso. Tampoco el lugar es el adecuado para hacer la 'manche'. El pasillo que lleva al RER en la Gare de Lyon es victima de las corrientes en invierno y el torrido calor que desprenden las tiendas de reposteria en el verano. Ella es conocida por muchos, muchos la ofrecen conversacion, unos cuantos centimos o bien un ticket de comida, como yo. Es lo mas solicito esto de los cheques de comida. El otro dia se lo ofreci a uno que me lo pidio por la calle y no tardo en pedirme otro para el dia siguiente. Esto de hacer la manche tiene estas cosas, que uno no tiene suficiente con nada.
Mi viejecilla de la gare de Lyon demuestra todo lo contrario. Ella lo acepta de buen grado y no pide nada a cambio. Desde hace algunos años la veo pecnoctar en una oficina de la BNP, rue Saint Antoine, con una compañera de fatigas, tan poco agraciada por la vida como ella. No debe ser facil su existencia. Por eso, no me deja indiferente el ayudarla.
Mi viejecilla de la gare de Lyon demuestra todo lo contrario. Ella lo acepta de buen grado y no pide nada a cambio. Desde hace algunos años la veo pecnoctar en una oficina de la BNP, rue Saint Antoine, con una compañera de fatigas, tan poco agraciada por la vida como ella. No debe ser facil su existencia. Por eso, no me deja indiferente el ayudarla.
0 Comments:
Post a Comment
<< Home