El personal navigant de AirFrance me inquieta....
Hace tiempo escribia en estas mismas lineas que en unos de mis vuelos SOF - CDG habia creido ser atendido por una azafata romulana, de esas que aparecen el el star trek, con sus mejillas anguladas y su pelo cortado con una milimetria perfecta. Depues, he sufrido alguna que otra bruja menopausera que se denigra todos los dias ella misma. A estas pienso que a este tiempo de azafatas les cambia el rictus cuando entran el avion. Antes, en el tiempo del te con sus amigas, suelen decir aquello de que se sienten entregadas a su trabajo y a la compañia y quedan muy bien, porque ellas son parisinas de pro y a las parisinas les aparece el sol por antequera, aunque vivan en una ciudad gris y nublada la mayor parte del año.
Las gigantes de KLM no me preocupan, ellas son llanas y amables. De algunas guardo buen recuerdo, como aquella que me servia los vasos de agua cuando hice el AMS - MON en Julio.
Sin embargo, quien me preocupa ultimamente es el personal masculino de AirFrance. No tengo que contar el episodio sentimental que vivi hace pocos meses , porque de sobra es conocido. No vale la pena esplayarse nuevamente. Aquello fue una preocupacion mayuscula, que me llevo al desencanto y a la amargura durante algunas semanas.
En todo caso, lo de hoy no ha tenido nada de sentimental, mas bien de cancaneo, como diria mi coloc. El PRG - CDG de hoy tenia una tripulacion enteramente masculina. O eso al menos eso crei cuando entre en el A321 de ocho puertas. El jefe de cabina parecia salido de una pelicula de Falcon, con el pelo cortado a lo militar y con una masculinidad desbordante, aunque ambigua en los rasgos de la cara. Me estare lamentando mil años de que mi empresa me pague billetes baratos para ir a Praga y no en business, que en estas ocasiones es mas socorrido, si bien a mi me gusta ligar mas con las azafatas, con las que no me juego nada al fin y al cabo.
En la parte trasera, habia una maricrevette parisina de las de toda la vida. De las de ouiiiee y que desirez vous. Yo no deseaba nada, solo que me colocaran en business, pero me tuve que conformar con su cortoneamiento de cuerpo al servir el cafe, al cerrar los portaequipajes o con las batallitas de los vuelos Paris - Caracas que se gastaba con su compañero, que a todo decia que si, sin el menor interes, porque estas maricrevettes son tan insipidas como la ciudad en la que viven. Y yo a lo mio, leyendo las ultimas paginas de Undoing, esas que describen los hard ons de Aiden en sus ultimos trabajos para Falcon y preparando la mirada final al jefe de cabina.
Cuando llego el momento, mi testosterona estaba por los suelos, desembarcabamos en bus y no pensaba en otra cosa que en llegar a casa. En cualquier caso, me quede fijamente clavado a sus ojos verdes al salir del avion y su Au revoir me supo a gloria , en un viaje lleno de opuestas sensaciones.
Las gigantes de KLM no me preocupan, ellas son llanas y amables. De algunas guardo buen recuerdo, como aquella que me servia los vasos de agua cuando hice el AMS - MON en Julio.
Sin embargo, quien me preocupa ultimamente es el personal masculino de AirFrance. No tengo que contar el episodio sentimental que vivi hace pocos meses , porque de sobra es conocido. No vale la pena esplayarse nuevamente. Aquello fue una preocupacion mayuscula, que me llevo al desencanto y a la amargura durante algunas semanas.
En todo caso, lo de hoy no ha tenido nada de sentimental, mas bien de cancaneo, como diria mi coloc. El PRG - CDG de hoy tenia una tripulacion enteramente masculina. O eso al menos eso crei cuando entre en el A321 de ocho puertas. El jefe de cabina parecia salido de una pelicula de Falcon, con el pelo cortado a lo militar y con una masculinidad desbordante, aunque ambigua en los rasgos de la cara. Me estare lamentando mil años de que mi empresa me pague billetes baratos para ir a Praga y no en business, que en estas ocasiones es mas socorrido, si bien a mi me gusta ligar mas con las azafatas, con las que no me juego nada al fin y al cabo.
En la parte trasera, habia una maricrevette parisina de las de toda la vida. De las de ouiiiee y que desirez vous. Yo no deseaba nada, solo que me colocaran en business, pero me tuve que conformar con su cortoneamiento de cuerpo al servir el cafe, al cerrar los portaequipajes o con las batallitas de los vuelos Paris - Caracas que se gastaba con su compañero, que a todo decia que si, sin el menor interes, porque estas maricrevettes son tan insipidas como la ciudad en la que viven. Y yo a lo mio, leyendo las ultimas paginas de Undoing, esas que describen los hard ons de Aiden en sus ultimos trabajos para Falcon y preparando la mirada final al jefe de cabina.
Cuando llego el momento, mi testosterona estaba por los suelos, desembarcabamos en bus y no pensaba en otra cosa que en llegar a casa. En cualquier caso, me quede fijamente clavado a sus ojos verdes al salir del avion y su Au revoir me supo a gloria , en un viaje lleno de opuestas sensaciones.