Los locos del metro de Paris
'Me gusta siempre que tengo ocasión
abrir los brazos y hacer el avión
sobrevolando el pasillo y el hall
tomo tierra en el oficce
que sale mejor
pero si hay gente aterrizo
en un hueco de mi habitación
Dicen que me van a encerrar
en un sanatorio mental
Un poco loco sí
un poco loco sí
un poco loco si estoy'
Mecano, Donde esta el pais de las hadas, 1983
7:30 de la mañana. Linea 2. Un miercoles cualquiera. Sigo releyendo el periodico gratuito que he empezado a ojear unos minutos antes. Nada nuevo. El escandalo de DSK sigue siendo portada junto con las primarias socialistas. A DSK le siguen buscando las cosquillas con unas empleadas del Sofitel que fueron invitadas a subir a su habitacion. Me digo que le estan complicando la vida al buen hombre. Desde el principio, me parecio una simple y burda manipulacion destinada a apartarle de la circulacion. El tiempo me esta dando la razon. Tambien leo algo de España y de su ridicula ley hipotecaria, que permite al banco adjucicarse una vivienda por el cincuenta por ciento de su precio tasado y luego reclamar al deudor la quita restante. El movimiento de protesta va tomando forma.
Sigo pensando en el dia que me espera, con contables desesperadas desde hace una semana por unos euros que no saben como interpretar y con una aplicacion inestable que poco a poco va tomando forma. Tengo varios frentes abiertos, pero no me preocupo lo mas minimo. Tambien tengo una entrevista de evaluacion este dia, pero esta incluso me preocupa menos, porque conozco lo positivo de mi labor, asi que ni tan siquiera me he preparado un discurso de respuesta ante un posible plante del entrevistador.
De repente, saliendo de Colonel Fabien, siento un roce de un pie en mi zapato. Alguien me ha pisado. No presto atencion. Me ha sucedido tantas veces y he sido sujeto activo y pasivo en tantas ocasiones en este arte de pisar, que ya nada me sorprende. Tardo en oir el consiguiente 'pardon' que los franceses, muy educados ellos, lanzan en estas ocasiones. Pero sigo a lo mio, con DSK y el movimiento de los hipotecados en España. De nuevo, siento el roce en mi zapato, un poco mas fuerte esta vez, pero sin llegar al pisoton. Levanto la cabeza y el sujeto activo es un señor un poco mayor para hacer estas cosas. Le miro con condescendencia, riendo. Ultimamente, sonrio por todo, no se lo que me pasa. Y vuelvo a lo mio, DSK, Sinclair y la famosa frase 'El hijo de Botin, a currar al Burger King'.
Para mi sorpresa, el señor del pisoton, que asi bautizo, sigue a lo suyo, pisandome, durante cinco segundos mas y emitiendo un sonido casi inaudible, de malhumor. Algo parecido al hombre de las cavernas. No le interrumpo el paso, pero cuando levanto la cabeza de nuevo, me sale un 'pardon' inquiriente, como pidiendo una explicacion. El señor del pisoton no responde, al menos en una lengua inteligible. En unos segundos, la puerta del convoy se abre en Jaures y el señor desciende, pero de esto ya no soy participe, puesto que he vuelto a mi lectura del dia.
Despues, me pregunto cuantos señores y señoras con estas cualidades existen en la ciudad del Sena. Probablemente, muchos. Solitarios y malhumorados, que empiezan mal un dia que solo acaba de comenzar y que quieren proyectar sobre los demas su desgracia personal. Mi dia sigue por los cauces previstos, con una buena evaluacion en la entrevista, con una contable en proceso de histeria a la que doy las explicaciones pertinentes y con el telefono sonando a diestra y siniestra. El señor del pisoton no ha variado mi rutina. Vano intento. Otro paso hacia adelante.
abrir los brazos y hacer el avión
sobrevolando el pasillo y el hall
tomo tierra en el oficce
que sale mejor
pero si hay gente aterrizo
en un hueco de mi habitación
Dicen que me van a encerrar
en un sanatorio mental
Un poco loco sí
un poco loco sí
un poco loco si estoy'
Mecano, Donde esta el pais de las hadas, 1983
7:30 de la mañana. Linea 2. Un miercoles cualquiera. Sigo releyendo el periodico gratuito que he empezado a ojear unos minutos antes. Nada nuevo. El escandalo de DSK sigue siendo portada junto con las primarias socialistas. A DSK le siguen buscando las cosquillas con unas empleadas del Sofitel que fueron invitadas a subir a su habitacion. Me digo que le estan complicando la vida al buen hombre. Desde el principio, me parecio una simple y burda manipulacion destinada a apartarle de la circulacion. El tiempo me esta dando la razon. Tambien leo algo de España y de su ridicula ley hipotecaria, que permite al banco adjucicarse una vivienda por el cincuenta por ciento de su precio tasado y luego reclamar al deudor la quita restante. El movimiento de protesta va tomando forma.
Sigo pensando en el dia que me espera, con contables desesperadas desde hace una semana por unos euros que no saben como interpretar y con una aplicacion inestable que poco a poco va tomando forma. Tengo varios frentes abiertos, pero no me preocupo lo mas minimo. Tambien tengo una entrevista de evaluacion este dia, pero esta incluso me preocupa menos, porque conozco lo positivo de mi labor, asi que ni tan siquiera me he preparado un discurso de respuesta ante un posible plante del entrevistador.
De repente, saliendo de Colonel Fabien, siento un roce de un pie en mi zapato. Alguien me ha pisado. No presto atencion. Me ha sucedido tantas veces y he sido sujeto activo y pasivo en tantas ocasiones en este arte de pisar, que ya nada me sorprende. Tardo en oir el consiguiente 'pardon' que los franceses, muy educados ellos, lanzan en estas ocasiones. Pero sigo a lo mio, con DSK y el movimiento de los hipotecados en España. De nuevo, siento el roce en mi zapato, un poco mas fuerte esta vez, pero sin llegar al pisoton. Levanto la cabeza y el sujeto activo es un señor un poco mayor para hacer estas cosas. Le miro con condescendencia, riendo. Ultimamente, sonrio por todo, no se lo que me pasa. Y vuelvo a lo mio, DSK, Sinclair y la famosa frase 'El hijo de Botin, a currar al Burger King'.
Para mi sorpresa, el señor del pisoton, que asi bautizo, sigue a lo suyo, pisandome, durante cinco segundos mas y emitiendo un sonido casi inaudible, de malhumor. Algo parecido al hombre de las cavernas. No le interrumpo el paso, pero cuando levanto la cabeza de nuevo, me sale un 'pardon' inquiriente, como pidiendo una explicacion. El señor del pisoton no responde, al menos en una lengua inteligible. En unos segundos, la puerta del convoy se abre en Jaures y el señor desciende, pero de esto ya no soy participe, puesto que he vuelto a mi lectura del dia.
Despues, me pregunto cuantos señores y señoras con estas cualidades existen en la ciudad del Sena. Probablemente, muchos. Solitarios y malhumorados, que empiezan mal un dia que solo acaba de comenzar y que quieren proyectar sobre los demas su desgracia personal. Mi dia sigue por los cauces previstos, con una buena evaluacion en la entrevista, con una contable en proceso de histeria a la que doy las explicaciones pertinentes y con el telefono sonando a diestra y siniestra. El señor del pisoton no ha variado mi rutina. Vano intento. Otro paso hacia adelante.
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