Tuesday, March 08, 2011

Les femmes du sixieme étage o 'Las que tienen que servir'

Il y a des fois, en allant au cinéma, qu'on s'identifie à la sortie - plus ou moins - avec les personnages du film qu'on vient de regarder. Avec 'Les femmes du sixième étage' ce sentiment est alle un peu plus loin, dans mon cas. J ai eu l impression de revivre une epoque que je n ai pas vecu, mais de laquelle j ai entendu tellement des anecdotes, des faits, des joies et des tristesses au meme temps, qu il est impossible de s evader et de rester indiferent.

D abord, cette arrivee en bus a un pays inconnu, je l ai vecu en premiere personne ( pardon par la traduction de l espagnol) ou, plutot, par moi meme. Et si, je regardais aussi les batiments, comme le fait Natalia Verbeke dans le film en portant une grosse valise, si differents de ceux que j avais vu a Alcala ou meme a Madrid, calle Serrano ou Sagasta, pour citer quelques unes.

Des fois ca me paraissait irreel, mais c etait bien la vie que passait devant mes yeux.

Au meme temps, le film m a transporte dans le temps au Madrid des annees soixante, ou une femme, la veintaine, quittait son village natal pour suivre la famille pour laquelle avait travaille dans leur maison de campagne, pendant plus de dix ans. Cette femme s installa dans l appartement madrilene de cette famille, Paseo de la Castellana, dans une chambre appart.

Cette femme avait aussi un jour libre par semaine, comme dans le film, qui depensa en allant au centre de Madrid en prenant un metro si different de l actuel, ou les portes ne s ouvraient pas automatiquement et les rames faisaient peur par sa vetuste. Puis, les bruits des couloirs, la cour , 'el patio', les copines, la meilleure la fille qui faisait la cuisine, ou elles chantaient Farina, Escobar, la Piquer et tant d autres et qui nous transmettraient plus tard, comme une habitude a laquelle j ai jamais trouve un sens, mais que je continue car je l ai vecue dans mon enfance.

Et les enfants des patrons, capricieux, comme dans le film, mais tendres au meme temps, dont la plus agee deviendrait une grande de la haute couture en Espagne avec le temps, reine des formes dans les vetements de femmes, reine des complements aussi.

Les samedis soir, toutes les copines du quartier se reunissaient pour aller danser aux 'bailes', a Manuel Becerra ou Gran Via ou pour aller a Ventas, regarder les corridas, avec les freres et les cousines, eux aussi habitants du Madrid en blanc et noir de la dictature, et il ne fallait pas rentrer plus tard de 21 00 heures, car le temps de la dictature etait cruel avec les femmes et avec 'las que tienen que servir' encore plus. Les femmes du sixieme etage a Paris rentraient apparamment quand elle voulaient, libres, dans un pays ou la liberte faisait partie de la vie meme.

Si elles rentraient plus tard, notres madrilenes, elles se trouvaient la porte de la maison fermee, puis se faisaient semoncer par le patron, qui finalement se faisait convaincre par la patronne de ne pas les virer, la cuisiniere et elle, tanto monta, monta tanto, copines jusqu a la fin.


'Los novios' faisaient parti aussi du paysage, comme dans le film, ou toutes revaient d en trouver un pour arreter la vie au service du patron et laisser la cofia pendue a jamais, avec une bonne position si possible, 'bien colocado' et rester vivre a Madrid, dans un appartement familiale, a Legazpi ou Barrio del Pilar , ou finalement a Alcala, plus loin, presque a la campagne, pour si jamais la tentation, en forme de necessite du patron venait a frapper a la porte, comme finalement est arrive une ou deux fois, ou la patronne recevait un Grande de España et il fallait etre au niveau, 'n importe qui peut servir la table a cette ocassion, tu comprends, fait mois ce petit service....'.

Les loges aussi etaient des cadeux, enfin, un peu empoisonnees, car il fallait travailler tous les jours, avec paella ou pas autour des amies pour le feter, et finalement exclamer 'je ne veux pas une loge a la Torre de Valencia, pres de Velazquez, ni pour tout l or du monde. Recuperer la cofia pour je ne sais pas combien de temps, oh mon dieu'.


Cette femme etait ma mere et j en suis fier, d une femme du sixieme etage, une vraie.

Saturday, March 05, 2011

Diez años

Busco en la noche en
cada estrella tu reflejo,
mas todo esto no me basta
ahora debo.... Entre tu y mil mares, Laura Pausini.



Si, quien me lo iba a decir cuando hice los bartulos hace una decada desde mi adorada Alcala para aterrizar en territorio Galo; es una realidad, han pasado diez años. Aun recuerdo aquel autobus que me llevo a Burdeos, medio vacio y con una cancion de Laura Pausini retumbando en mis oidos saliendo de la M 30. 'Entre tu y mil mares', como no me iba a acordar. Habia hecho el mismo trayecto un par de veces el año anterior y en este llegue a territorio conocido. Y lo seguiria haciendo unas cuantas veces mas, hasta que decidi que el avion era un a manera mas rapida de llegar, aunque no tan romantica.

Una vez pasada la frontera, Francia te recibe con puentes que se colorean por la noche y carreteras despejadas. Luego todo es burocracia y orden, fuera del vuelva usted mañana imperante en tierras iberas. Tal vez fue eso lo que me engancho y que me tiene todavia amarrado al pais de Asterix.

Despues llego ese aterrizaje forzoso en Argenteuil a mediados de Febrero del 2001. Cuento como anecdota que yo naci en Madrid accidentalmente un jueves de Enero del año anterior a la muerte del dictador; cuarenta y ocho horas despues, o tal vez fueran menos, un trotamundos toledano y una madrileña de interior, salian rumbo a complutum con un vastago de mas de cinco kilos y medio entre los brazos; fue algo asi como una patada de la capital, la primera, y mi sino: naci arrabalero. Pues bien, lo de Argenteuil, fue la segunda patada capitalina de mi vida. Despues de buscar un piso en Paris, me di cuenta que lo mejor seria buscar en las afueras, que no me eran extrañas y aterrice en la que otrora fue musa de los impresionistas, con sus puentes y sus flores, aunque de aquello quedaba mas bien poco. Argenteuil se habia convertido en una ciudad sin forma y con una extraña mezcla de arrabal y edificios deformes. Los impresionistas solo reconocerian el Sena si volvieran a Argenteuil y poco podrian pintar esta vez, puesto que ni tan siquiera la luz seria la misma.

El primer verano , el del 2001, fue el verano del aclimatamiento. No soportaba la humedad, ni las frases de los compañeros preguntandome por las siestas; viajar en los trenes cochambrosos de la banlieu era un ejercicio de masoquismo del mas rancio y pura necesidad tambien. Me llamaban la atencion los dias cubiertos en pleno mes de agosto, algo que no habia visto en mi vida y aquella primera fete de la musique, en medio de la semana, que no acabe muy bien de entender: habia musicos por todos lados, algunos me recordaban a Maria Jesus , los pajaritos y su acordeon, y la gente se lo pasaba bien ignorante o no del dia de mañana , que no era precisamente festivo. El catorce de Julio, llovio, como no podia ser de otra manera, pero aun asi hubo fuegos artificiales, que no presencie por una cuestion de rebeldia y por no pertenecer a la manada. Nunca me he sentido muy identificado con la republique y sus simbolos.

Un año despues llego Paris y ese apartamento en Faubourg Saint Antoine y la aparicion de coloc una tarde de Julio del 2002. La cosa no podia durar y no duro, y en tres meses, lo que dura un preaviso , ya estaba con los bartulos en otro sitio, a unos quinientos metros, tomando la rue Faidherbe hacia arriba.

Y los amigos , el diabolico, puebla, el cantabro feliz, caballero castellano, mi genuino representante de huelva, Loulou ....y el descubrimiento de los antros parisinos mas o menos felices llegaron despues, junto con el destierro en medio de la nada y el padecimiento de los RER y sus famosos cambios de conductores en Nanterre, haciendo y corrigiendo programas informaticos que hablaban de piezas de coches y vehiculos de toda clase y condicion.

Los cheques y sus viajes pusieron el punto y final a esos cuatro años, tres meses y doce dias de infame infortunio profesional y personal. Ya nada volveria a ser lo mismo. Los vientos de cambio me llevaron a Montreal, Toronto, Vancouver, Hawaii, NYC y San Francisco, que es una ciudad iman, punto y partida. Viajar es algo mas que un intercambio, es una busqueda constante de hacerse mejor.

Para terminar, la tercera patada capitalina llegaria en forma de flor. No penseis que es el mito de Narciso, no. Tras busquedas infructuosas de alojamiento de nuevo en la ciudad del amor, aterrice en la ciudad de las Lilas, donde hasta las papeleras tienen bolsa con identico color, lila, pero donde hay pocos jardines que realzen el nombre de la ciudad. Y aqui sigo....

Diez años despues pienso ser esencialmente el mismo, aunque sin esa dosis de inocencia del recien llegado. Diez años despues a hoy escribire algo distinto, seguramente, pero estos primeros diez años dejan una huella que perdurara en mi memoria.